En esta imagen se representan tres estados de la materia: el sólido, que adquiere una de las formas más abruptas de la naturaleza al transformarse en roca; el líquido, representado por la sacralidad de la vid y el gaseoso de la niebla que con sus vapores impregna la mayor parte de lapaisaje. Esta es una composición del diálogo continuo entre la coexistencia de lo mundano y lo sagrado donde se tocan y se fusionan en la fotografía. El papel de algodón se rasga espontáneamente para revelar una pared de corchos que alguna vez abrazaron el sabor de un vino exquisito.