Cuando los contrastes entre los materiales se fusionan, logran un equilibrio que ningún elemento similar podría lograr. La textura del papel de algodón contrasta con la rugosidad de los troncos creando una combinación armoniosa y sutil. En un mundo lleno de ruido, se agradecen los silencios. En un espacio lleno de imágenes, los espacios aportan luz. Esta obra recrea las escenas de un verdadero vals en el viento. La danza entre los elementos produce una cadencia que nos invita a entrar en la pieza. Por un instante, anhelamos ser parte de ella y sumergirnos en su melodía.